Acúmulos localizados de grasa (lipodistrofia), con alteración de la forma y silueta corporales; cualquiera que sea su localización: caderas, abdomen, muslos, rodillas, tobillos, brazos, cuello, cara, etc.

Indicaciones

En ningún caso debe plantearse como el tratamiento principal de la obesidad, o de la celulitis generalizada.

Método

En la mayoría de ocasiones, se realiza bajo anestesia puramente local y discreta sedación. A criterio facultativo, puede también practicarse bajo anestesia general o peridural; resulta imperativo en la necesidad de remoción de grandes volúmenes de grasa.

Se realiza un diseño previo, sobre la piel del paciente, de las zonas a tratar: sus contornos, los lugares de mayor o menor acumulación, etc.

Pequeñas incisiones, de no más de unos milímetros y realizadas en los lugares menos visibles, permiten acceder a los acúmulos grasos con cánulas de dos, tres o cuatro milímetros de diámetro. Con ellas, en conexión a un aspirador eléctrico o a una jeringa en la que se ha practicado el vacío, se procede a la lipoaspiración. Es una labor delicada y artesanal, que tiene como misión vaciar, pero también regularizar y armonizar los volúmenes y las formas.

En la actualidad, existen diversos procedimientos que permiten hablar de liposucción asistida:

Lipoescultura ultrasónica, utilizando una emisión de ultrasonidos en la punta de las cánulas; esta energía tiene, como principal característica, un selectivo efecto destructor de los adipocitos.

Lipoescultura con cánulas mecanizadas, utilizando micro-motores que proporcionan movimiento de vaivén a las cánulas acopladas; las principales ventajas del sistema son la mayor precisión y rapidez en el gesto quirúrgico, y el menor traumatismo de los tejidos, con menos fatiga del cirujano.

Electrolipoescultura, utilizando diferentes tipos de corrientes en la punta de las cánulas, con efecto lipolítico.

Laserlipoescultura, utilizando energía láser, mediante sondas internas, con efecto lipolítico.

Al finalizar la liposucción, un punto de sutura permite cerrar cada una de las incisiones practicadas; en ocasiones, una simple tira adhesiva. Habitualmente se aconseja la utilización de una prenda de compresión (faja, panty,…), durante unas semanas.

Si la anestesia ha sido estrictamente local, el paciente regresa inmediatamente a su domicilio. Puede ducharse libremente a partir de las venticuatro horas; y reincorporarse a sus actividades habituales a las venticuatro o cuarenta y ocho horas. Los puntos de sutura, si los hay, se retiran al cuarto o quinto día.

Es muy conveniente practicar drenaje linfático manual, dos o tres veces por semana, durante un mes. Actualmente se realizan precozmente técnicas de amasamiento mecanizado, para una mejor remodelación y reafirmación de las zonas aspiradas.

Tratamiento

En régimen ambulatorio, bajo anestesia local, en cada sesión, y en función de su volumen y extensión, se aspiran tantas zonas corporales como sea posible anestesiar adecuadamente, sin sobrepasar la dosificación recomendable de los anestésicos utilizados. Por ejemplo, es habitual tratar, en la misma sesión, las dos caderas y las dos rodillas, el abdomen y las dos zonas lumbares, los dos muslos y las dos rodillas, etc.

Con ingreso, bajo anestesia peridural o general pueden aspirarse más zonas o más volumen en la misma sesión.

Duración del tratamiento

Una sesión suele durar entre una y cuatro horas.

Inconvenientes

Mediante la preparación y la técnica adecuadas, las complicaciones son prácticamente inexistentes.

Se aconseja reposo relativo (estar por casa) durante venticuatro horas, para evitar el dolor postoperatorio y favorecer la rápida resolución de la inflamación.

Los hematomas, si aparecen, se resuelven espontáneamente en siete o diez días.

Un cierto grado de endurecimiento subcutáneo en las zonas aspiradas puede persistir durante varios meses, así como una discreta pigmentación ocre de la superficie cutánea.

El resultado final sólo puede valorarse transcurridos de 3 a 6 meses.

Comentario

Con las mejoras técnicas y de materiales introducidas en los últimos años, la liposucción-lipoescultura proporciona excelentes resultados y, sobre todo, definitivos.

Aunque cierto es que la calidad del resultado final depende de ciertos factores insoslayables: edad del paciente, calidad de la piel, volúmenes a eliminar, estado circulatorio, respeto del protocolo postoperatorio (prenda de compresión, drenajes o masajes, etc.) y otros.

En ocasiones es necesario un retoque o re-intervención programada, para conseguir el resultado óptimo; en ocasiones es imprescindible, cuando los volúmenes a extraer son muy grandes y/o la piel muy fláccida, para permitir a ésta la máxima recuperación posible.

Resultando ser el tratamiento óptimo y único de los acúmulos localizados de grasa, las más de las veces constitucionales y que no responden a otros tratamientos, se aconseja practicarla lo más precozmente posible, en evitación del progresivo deterioro de la piel (distensión y flaccidez secundaria), y para disfrutar, cuanto antes, de sus beneficios estéticos.

En adolescentes acomplejadas por defectos, aunque mínimos, de su silueta corporal, es muy conveniente practicarla en evitación de disfunciones psicológicas, que pudieran estar en el origen o agravar un transtorno del comportamiento alimentario (anorexia nerviosa y bulimia).